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LA RESPIRACION

  • tiyayoga3
  • 14 sept 2017
  • 3 Min. de lectura

En la respiración está la clave de la vida. La función respiratoria acontece día y noche a lo largo de la vida, siendo el soporte fisiológico y energético de todas las demás funciones, de toda la actividad-pasividad de nuestro cuerpo-mente. Al ser la función más básica es también la más determinante y la que condiciona nuestras vivencias de todo tipo. Según sea nuestra calidad de respiración, así será nuestra calidad de vida.

A pesar de su profunda importancia, para la mayoría de la gente la respiración es el fondo de otras actividades y su continuo flujo permanece en la periferia de la conciencia. Lo que nos hace prestarle atención es un olor desagradable o una gruesa capa de polvo, pero cuando estos problemas se resuelven, la respiración vuelve al fondo de nosotros. No somos conscientes de que la respiración se encuentra en cada pensamiento o movimiento. Si bien no tenemos que controlar continuamente la respiración, los malos hábitos respiratorios, así como también la mala postura corporal y los desequilibrios musculares, hacen que la respiración no sea tan eficaz. Los bajos niveles de energía, la falta de aliento, la ansiedad, el estrés y la poca concentración son sólo unos cuantos de los síntomas de esta deficiencia. Pero estas condiciones pueden revertirse aplicando las técnicas básicas que harán que se mejore el estilo de la respiración y así disfrutar de un mayor bienestar. La respiración es la única función fisiológica que se puede realizar de forma automática o controlada. Los ejercicios de respiración consciente y controlada que se realizan en el Yoga (Pranayama), además de favorecer la relajación, mejoran la actividad pulmonar y ralentizan el ritmo respiratorio, no solo durante la práctica, sino que poco a poco se incorporan a la memoria del cuerpo. Se dice que cada cuerpo tiene asignado un número de respiraciones hasta la vejez y la muerte. En nuestra mano está darle calidad a esas respiraciones, alargarlas todo lo posible, y así mejorar nuestra capacidad vital. Una de las prácticas centrales del yoga es pranayama: la ciencia del control de la respiración, o más exactamente, la manipulación de prana, la energía vital, a través de ejercicios de respiración. Esta forma de yoga tiene efectos físicos, mentales y espirituales y entre sus efectos están la vitalidad, la claridad mental y los estados superiores de conciencia. Regresar a nuestra respiración natural (profunda, rítmica y que emplea la totalidad de la capacidad pulmonar) es fundamental para que tengamos una salud perfecta. Cuando inhalamos y exhalamos adecuadamente tenemos muchísima energía. Nuestro sistema de defensas está más fuerte y todas nuestras células hacen sus funciones de manera adecuada al estar bien nutridas: crecimiento, desintoxicación, digestión, regeneración etc. Todo nuestro ser funciona mejor y nuestro bienestar aumenta. La respiración óptima nos permite tomar suficiente oxígeno para llevarlo a la sangre y al cerebro, potenciando nuestras capacidades mentales. Como es una función automática (controlada por el bulbo raquídeo), al hacerla consciente estamos activando una parte del cerebro más sofisticada (la corteza cerebral) y lo convertimos en un ejercicio mental. Nos sentimos llenos de energía, pero también por esto hace que tengamos unas facultades mentales (memoria, intelecto, razón, concentración) más desarrolladas. La respiración está conectada con todo nuestro sistema nervioso: a través de una respiración profunda y plena nos sentimos calmados, con claridad mental, positivos y estables emocionalmente. Cuando abrimos el pecho para respirar bien, simbólicamente nos abrimos al mundo y nos expandimos. Hacer consciente la respiración para optimizarla, además de su manipulación, tiene por lo tanto varias implicaciones, que se suman al hacer óptima la toma de oxígeno y de prana: es una herramienta esencial para la unión entre mente, cuerpo y espíritu que busca el yoga. Existe una razón muy profunda por la cual el yoga da especial importancia a la respiración y el pranayama: el vínculo estrecho entre la respiración y nuestra mente. Cuando pensamos en nuestra respiración tienen lugar dos elementos importantes de la práctica de yoga: el recogimiento de nuestros sentidos y la concentración. Son unas de las razones por las cuales la meditación más tradicional y sencilla se enfoca en la respiración. Respirar consciente y totalmente nos da más atención y nos trae al momento presente, nos hace conscientes de nuestra vida y procesos interiores, nos ayuda a calmar los pensamientos y a acercarnos al silencio . Es así, que se puede considerar el valor de la respiración en 2 aspectos, el orgánico que naturalmente oxigena el cuerpo que da vida y fuerza, y el de interpretación donde podemos encontrar muchos matices, formas que nos llevan a dar tantísimas interpretaciones como obras hay en el mundo.


 
 
 

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